viernes, 12 de octubre de 2007

Viernes, día de mierda

Detesto el viernes. Es una mierda. Lo cagaron los locutores de radio y presentadores de televisión: "¡¡Vamos!! ¡¡Vamos que es viernes!!". Lo empalagó el sistema. Esa obligación de tener que estar feliz, ese clishé semanal. Lugar común del calendario. Porque era un buen día, pero lo llenaron de significado: le calzaron el estereotipo de jornada para la sonrisa y ahora cualquiera que se levanta un viernes, quizá con la esperanza de despejarse de la rutina, se encuentra con otra obligación: la de pasar tarjeta al bajo vuelo recreativo. Al final, es el peor día de la semana. Como el Año Nuevo o el propio cumpleaños. Lleno de expectativas, está vacío.

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