jueves, 26 de febrero de 2009

1, 2, 3, probando, probando...


1. Todavía me duele el huesito dulce de esta patada voladora.

2. Tengo una calma chicha interna que roza la irresponsabilidad.

3. Esteban alquila traje y no hay dudas: mañana y pasado me caso con el más lindo.

4. Tomo fernet, cocino milanesas de soja y pienso: "Estoy muy contenta, che".

5. Transacción con Beba, la modista: "Yo accedo a poner más tela, ok, pero el vestido tiene que ser sexi y escotado hasta donde yo diga y usted me va a dar el gusto, ¿no es cierto?". Risas. Ultima prueba.

6. Depilación. Peluquería. Uñas.

7. Que sea lo que Dios quiera, literalmente.

martes, 17 de febrero de 2009

Indefectiblemente

Volvió de su viaje de trabajo en Chile y dijo:

-Todo el tiempo hay bruma en La Serena. Indefectiblemente, te levantás y hay bruma.

Estoy chocha de estar a diez días de casarme con alguien que dice "indefectiblemente".

martes, 10 de febrero de 2009

Patada voladora


-¡Hola! ¿Cómo andás?
-Tlmfsbfosfnsorfnsf. ¿Yguoghsfiougf?
-Bien, acá, con los preparativos del casorio.
-Hofusghriufg. ¿Enkjshudhiespedida?
-¿Despedida? Y, no sé. Eso lo tienen que organizar ustedes.
-Yfkjsehfugseufiu. ¡¡Ufrsagieyraer!!
-¡Jajaja! No, con un asado alcanza.

Ayer a la tarde Esteban hablaba por teléfono con su mejor amigo, El Pocha. ¿El tema? Sí, su despedida de soltero. Ese maldito ritual del subdesarrollo. ¡La puta madre, loco! Mi despedida fue el sábado pasado y resultó un encuentro armónico y auténtico entre amigas, una reunión que, sacando unas portaligas blancas y recortes de cartulina con formas de penes y vaginas, se pareció más a un taller de costura cool que a otra cosa.

Así que resolví expresarme con una patada voladora.

No bien Esteban terminó de hablar con El Pocha se asomó a la heladera a buscar un yogurt. Entonces avancé en dirección a sus glúteos. Pero no llegué: las piernas se me atascaron en el vestido de bambula que llevaba puesto y caí en el piso con el huesito dulce en punta. ¡El dolor! Así, conmigo tirada en el piso y gritando, Esteban puso una cubetera entera adentro de una bolsa y me obligó a sentarme encima.

Calladita, obedecí de inmediato.

lunes, 2 de febrero de 2009

Prenupcial

La medida de los dedos. Los anillos. El vestido. La modista chusma y malarriada. La ansiedad de mis amigas. El canon de Pachelbel. El brazo del pelado. Las caras de mis hermanos. La asesina contrayendo la boca. Anita y el Ave María. Mario lloriqueando. Flores. Un piano. Un viólín y un chelo. Sole con una filmadora. Los dos Benjamines. La cruz. La Iglesia. Las campanas que toqué de chica.

Y él mirándome.

Falta poco.