miércoles, 15 de agosto de 2007

El qué de Lelé

Acabo de llegar de trabajar y a pesar de que tuve un día bravo me siento lo bastante desenvuelta como para empezar a escribir con la firma de Lelé, la manera como me llamaban unos amigos de mis viejos cuando tenía cinco años, creo, y que me acabo de acordar. También me siento lo bastante desvergonzada como para decir que el nombre de este blog, El qué de Lelé, responde a que de repende me gusta cómo suena la "e", a pesar de que nunca tuve ninguna afección por esa letra en particular. Es decir, todo esto es demasiado espontáneo, y creo, algo estúpido. Me presento, soy Lelé y, aunque no lo parezca, hasta hace un rato estaba escribiendo en la redacción de un diario sobre una protesta de discapacitados por el sistema de transporte público. Al o la que llegó hasta esta línea, un gusto.