Alguna vez leí por ahí que para que un blog funcione tiene que estar actualizado. No importa si lo que aparece es una nueva receta para el café con leche o un relato pormenorizado del diálogo que (increíblemente) se tuvo con el kiosquero. Lo importante es la novedad. Pues he aquí la actualización de este blog. Hoy, con ustedes: ¡la nada misma!.