jueves, 17 de noviembre de 2011

Asociación libre

Antes de casarnos, Esteban y yo hicimos el curso prematrimonial, una serie de encuentros semanales entre diez parejas en los que se hablaba sobre la importancia de la familia. Fue ahí donde conocí a Gerardo y Marisa, ya casados y padres de tres hijos, quienes llegaron al final en calidad de oradores.

-Los métodos anticonceptivos no son aceptables para quienes deciden casarse por la Iglesias Católica -empezó él. Tenía unos 30 años y era alto, rubio y fornido. Ella estaba embarazada y sonreía con pocos dientes en forma constante.

Las diez parejas quedamos tiesas. En el encuentro anterior habíamos confesado que todas (repito: todas) convivíamos. Que ninguna tenía hijos, lo que llevaba a la conclusión de que hacíamos la cochinada con más o menos con frecuencia y, a juzgar por los resultados, con métodos anticonceptivos.

Entonces hice una asociación libre. Se me pudrió el cerebro. A favor o en contra, lo que había dicho Gerardo era coherente con la doctrina de la Iglesia, pero yo me lo imaginé junto a Marisa haciendo la porquería dentro y fuera de su casa, adelante de sus vecinos, a toda hora y a todo motor, salvajes y dignos de un documental de Discovery Channel sobre época de apareamiendo. Sin ningún motivo, asocié la anticoncepción con una porno. Chicha y limonada. Cualquiera, bah.

El curso prematrimonial continuó sin que ninguno de los presentes confesara cuán asidua e histórica era su actividad sexual: todos, sin excepción, mantuvimos una inexpungable cara de zota. Finalmente, Gerardo y Marisa se retiraron de la sala. Yo quedé convencida de que al llegar a la vereda se desnudaron y pegaron como perros.

Y quién dice. A lo mejor lo hicieron. Porque casi tres años más tarde, ayer me los crucé en el jardín de mi hija. El manejaba una rural; ella iba embarazada, con no menos de seis chicos apilados en la parte de atrás del auto.

Una vez más y sin explicación, se me pudrió el cerebro.

19 comentarios:

Patita dijo...

A eso se le llama predicar con el ejemplo. Porque a la legua que Gerardo y Marisa nunca más practicaron la anticoncepción una vez casados. Esos dos ya se ganaron un lugarcito en el cielo. Y la imagen que generaste en mi cabeza de esta pareja abotonada, en la calle, a la vista de Doña Rosa, es digna de un Oscar. Hoy no duermo.
Besos!

Dany dijo...

Otro mundo......otra forma de pensar.
Pero se abotonan igual!
¿Quien organizaba ese curso?
Un beso!

Yoni Bigud dijo...

Conocí muchísimos personajes de estos en mis dos escasos años en la UCA. Yo era muy chico (18), y la verdad es que creía que esa gente se había extinguido en el siglo xv. Grande fue mi sorpresa al interactuar (de palabra) con ellos y enterarme de sus usos y costumbres.

Qué sé yo... son formas de ver el mundo. Para sostener algo así hay que estar muy convencido (respeto mucho eso). Y tener bastante guita.

De cualquier modo le digo que también en ese ambiente hay mucha hipocresía. Al final hay varios/as que se comportan de un modo muy similar al que usté describe.

Un saludo.

Lelé dijo...

Patita: La verdad, estoy casi segura que antes de casarse no practicaron la anticoncepción, sino la castidad más absoluta. Y ojo, que no me quiero mofar. Me parece respetable e insisto, coherente. Beso grande!

Dany: Tal cual! Al final del día, somos todos iguales. El curso lo organizaba la parroquia donde nos casamos.

Yoni Bigud: Yo también estudie en universidad católica (USAL) y conocí un par de chicas con este pensamiento. Y también las respeté, aunque me llamaba poderosamente la atención. Una de ellas, recuerdo, era muy linda y se vestía por demás provocativa, y eso que pregonaba la virginidad. Imagínese los comentarios que generaba. Saludo

Anónimo dijo...

Estas cosas de la Iglesia siempre me dejan sin palabras. Aún no las puedo creer. Creo en Dios, pero no me banco a la Iglesia. No soporto sus formas. Tipo secta. "Repitamos todos juntos...", rezando todos juntos una oración, ETC. Lo mismo no poder comulgar si estás divorciado, por favor, cuánta discriminación.
Igual, tu asociación libre, genial!! es así, exactamente al revés de lo que te quieren convencer.
Besos!

Anónimo dijo...

Nosotros también hicimos ese curso, también convivíamos y haciamos la cochinada con bastante más frecuencia que ahora.
La cosa es que la primer charla la dió el cura, un galledo copado, y por llegar sobre la hora nos sentamos a su lado y nos pregunta, sin filtros, si convivíamos. Naturalmente dijimos que si, pero lo anecdótico fue el cura, que haciéndose un techito con la mano sobre la boca, dice: -Creo es mejor la convivencia antes del sacramento del matrimonio, pero no se lo digan a nadie- y revoleaba los ojos al cielo, como señalando a su jefe, Dios.
Le mando un alegre saludo, y le deseo un viernes laaaco.

Martín dijo...

Bueno, algo raro pasa. Nuevamente, el que arriba comenta, sonno io.

Lelé dijo...

Shimmy: Mi marido odia a la Iglesia igual que usted y por los mismos motivos. Para mí la cosa es más ambigua. Porque desde ya que no comulgo (cuac) con la anticoncepción ni otros dogmas tan o más anticuados, pero entiendo y hasta disfruto de ir a una misa de vez en cuando. Me emociona que la gente cante y se pare toda junta frente a una consigna que no ve y que la trasciende. También conozco religiosos con conciencia como el gallero con el que usted hizo el curso. Creo que sus ideas son consecuencias lógicas de los tiempos actuales. Si no, quedarían menos curas que osos panda. Gracias por el debate!

Martín dijo...

Pero yo no odio la iglesia, el 1er comentario anonimo no soy yo, es otro anónimo, debería saberlo Lelé: yo no la tuteo. Mi comentario arranca con: "Nosotros también hicimos ese curso..." que vaya uno a saber porqué salió asi si yo estaba logueado... en fín, mi fé es media parecida a la suya; incluso en mi más temprana adolescecia, fui a la ACA de San Luis Gonzaga y hasta he sido monaguillo.

Lelé dijo...

Anónimo: Perdón me confundí! Te contesté como si hubieses sido Shimmy. Mucha gente opina como vos. LO curioso es que en algunas parroquias cada vez hay más gente; más jóvenes, sobre todo. A mí me da la impresión de que somos muchos los que no damos bola a esas "discriminaciones" y tomamos a la Iglesia de una forma más razonable, digamos. Beso!

Shimmy: Ah! Ah! Perdón, entendí mal. Así que a San Luis Gonzaga? Yo era del bando de Nuestra Señora de Lourdes. Y en cierto modo lo sigo siendo. Buen finde!

Mario Minervino dijo...

Primero, elegir la palabra "cochinada" para referirse a tener sexo me parece impropio para este blog. Dijo Woody Allen que El sexo sólo es sucio si se hace bien. No viví nada más nefasto en mi vida que dejar que la religión cristiana se metiera en mi cabeza en plena adolescencia. Me llevó años (y años) superar tanta mentira-hipocrecia. Vivo en pecado (para la Igesia), cada día de mi vida por tener sexo con mujeres que amo o deseo, por el solo hecho de sentir, gozar, subir, temblar, tocar, mirar, escuchar y volver a temblar. Ese hombre de blanco que nunca supo ni lo hizo ni lo hará no sabe que Pedro, rudo pescador, casi ni lo mirará cuando entre al cielo. Es todo. Cuidado con la educación cristiana: plantea un hombre en pecado, condenado, sumiso e hipócrita. Es todo. No: nada más bizarro que las charlas prematrimoniales. Yo fui a la mía con un hijo nacido en brazos y tuve que decir que era mi sobrino, en una muestra de cobardía que todavía me averguenza porque el avergonzado tendría que el sacerdote (lejos). Lelé, sosteniendo, siempre. Me da lastima la pareja que mencionas: sexo vacío, con culpa, sin goce, dos templos del espítiru santo maltratados, casi enfermos. Es todo y Amén.

Anónimo dijo...

Maru, el primer anonimo soy yo! Ana, Anita! no publiques, es para que sepas, besos!!

Lelé dijo...

Mario: Me llama la atención tu comentario. Conocía tu desengaño con la Iglesia, pero no pensé que era para tanto. La historia de Mario en tu curso prematrimonial es rarísima. Hoy no te imagino haciendo una cosa así. Y no creo que vivas en pecado: más bien todo lo contrario. Te mando un beso.

Anónimo: Ah! Ah! Pero vos publicaste este comentario. Si querés lo podés borrar. Fijate que deberías tener un tachito de basura al lado de lo que pusiste. Beso grande!

Anónimo dijo...

Lelé se ve que Marisa es alergica a los anticonceptivos....
Se te extraña por el rancho....
Me olvidaba, estoy igual que Marisa...
Beso NN

Lelé dijo...

Anónimo: Quién sos?! Se te lleno la cocina de humo?? Eso es muy bueno siempre!! Decime que me muero de intriga. Beso.

Anónimo dijo...

Lele primer comentario en tu blog, mal lo mio!! Mas aun teniendo una nota en la que me nombras! Que no comente no quiere decir que no lea. La verdad que me dio mucha risa tu relato sobre este curso y me acuerdo que pase por lo mismo hace poco (no por los pensamientos pornograficos! Muy bueno!

Como no sacas quien es NN?? Aprovecho para felicitarla nuevamente por quedar por segunda vez igual que Marisa ahora!

Un beso grande y se te extraña por el rancho!

Lelé dijo...

Anónimo: Ay. Sigo sin entender. Por un momento pensé que eras NB, de mi anterior trabajo. Pero parece que no. Y encima la confusión va en aumento: me felicitás por un embarazo? What the fuck?! Necesito más datos. Perdón, estoy lenteja.

Anónimo dijo...

Jjaja mis felicitaciones son para NN, el anonimo que escribio antes por su segundo hijo en camino! Estas lenteja lele. Yo soy otro anonimo y ya creo que te di demasiadas pistas!

Nos vemos el viernes!! Nos vemos el viernes, no???

Un beso!

Lelé dijo...

Anónimo: Ah! Ah! Pero es muy difícil si todos salen como anónimos. Vamos a los bifes: estamos hablando con gente de EDES, gente con la que en breve nos vamos a sentar a comer. Beso!