
http://www.lanueva.com/hoy/nota/6d1ea8e2ab/1/27680.html
Pero un rato antes...
-Yo así no voy a trabajar. No, señor.
-Tenés que ir, mujer. Sos jueza de la provincia de Buenos Aires. Tenés apoyo. Hiciste lo que creíste correcto. Lo que indica la ley, nada menos. No te tenés que sentir mal.
-¡¿Pero no te das cuenta?! ¡¡Me están tirando el muerto encima!! Lo único que falta es que me culpen de la fiebre porcina. No, querido, yo me saco carpeta psiquiátrica y se van todos a la mierda, empezando por el intendentucho Braideltein, Bretentén, Breitenstein o como carajo sea que se llame. ¡Qué flor de turro! Usarme para hacer campaña. No se puede creer.
-¿Y qué vas a decir? ¿Qué excarcelaste a un negro chorro y eso te cansó? ¿Que no te imaginaste que dos días después de que lo soltaras iba a salir a reventar a un pobre tipo? ¿Que estás estresada?
-¿Sabés que sí? Eso voy a decir. Porque no es justo: no tenía pruebas para meterlo adentro. ¡¡No podía!! ¿¡Por qué no leen un poco de Derecho antes de hablar!?
-¡Pero por favor! ¡Van a decir que tenés cola de paja! Dejate de joder y andá al juzgado, querés.
-De ninguna manera. Anoche no dormí y eso que había tomado Alplax. Tengo palpitaciones, los pies hinchados, los ganglios inflamados. ¡Hace tres días que no voy al baño! ¿Vos querés que yo explote? ¡Estoy agotada!