jueves, 29 de octubre de 2009

¡¡¡A la buena de Dioooooooooss!!!


-¡¡A la buena de Dios!! ¡¡¡A la buena de Dioooooooooss!!!

Mi hermano El Jhony gritaba ayer mirando el cielo cuando pasé por su casa. Sentado como colicué, en cuero y malla amarilla, sacaba yuyos del césped con una tijerita y se lamentaba, eclesiástico, igual que señora irritada en peluquería de barrio.

Es que El Jhony, como cualquier nacido y criado en Bahía Blanca, está muy preocupado por la falta de agua. Que la sequía más grande de los últimos 60 años, que el dique Paso de las Piedras es un arroyito, que cómo nos vamos a bañar en el verano, que por qué no nos vamos a vivir a la mierda o a San Martín de los Andes.

Para colmo, tanto él como yo somos colonizadores: vivimos sobre infernales calles de tierra, en el mismo barrio, plaza por medio.

-¡¡A la buena de Dios!! ¡¡¡A la buena de Dioooooooooss!!!
-¿Qué te pasa, loco de la guerra? ¿Por qué gritás? -pregunté desde la ventanilla de mi pequeño vehículo.
-¡¡No pasa el regador!! ¿¿O vos viste el camión regador?? ¡Odio la tierra, che! ¡Estoy harto! ¿Vos viste el camión?
-No, tampoco lo ví. Hace rato que no pasa, es cierto.
-A la buena de Dios, ¿no te digo?

La escasez de agua en Bahía Blanca ya tiene consecuencias psicológicas. De veras. La falta de humedad en tierra y plantas ha pegado en la psique local.

Además, es notable. Los bahienses nos hemos vuelto geólogos: hablamos sobre tanques de agua, cisternas, riego por aspersión y perforaciones, todo salpicado de frases de vieja usanza del tipo:

-¡¡La flauta!! ¿¿Cuando se va a terminar la seca??

o

-¡¡A la buena de Dios!! ¡¡¡A la buena de Dioooooooooss!!!

jueves, 15 de octubre de 2009

On the record

-Cada vez que se usaron las franciscanas me compré un par.
La Asesina, dando lugar a una inusual medida de tiempo: la moda. ¿Cuántas veces se usaron las franciscanas a lo largo de su vida? Es notable. Yo recién llevo una ronda de jeans elastizados, borceguíes, chupines y zapatillas chatas.

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Ojo con las embarazadas. Mienten. Si les toca una cola que representa más de hora de espera, se hacen las que se las baja la presión y montan un numerito que incluye: A. Mano tembleque sobre la frente. B. Con la mano libre, sostén en la cintura. C. Comentario al de atrás:
-¿Me guardás un momento el lugar? Me siento mal. Busco una sillita.
Hace unos días monté el dispositivo tan pero tan bien que se volvió real y me desmayé en serio.

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-Si tiene buen cuerpo, a la mujer se le nota en la cara.
Esteban.

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-Quiero surfear. Si no surfeo no me gusta. Yo quiero surfear.
Pili.

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-Tengo memoria, hermano, al que no creía, a los que no creyeron. Con perdón de las damas, que la chupen y que la siguen chupando. Soy blanco o negro, gris no voy a ser en mi vida. Sigan mamando, ustedes me trataron como me trataron.
Maradona.

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-Mis viejos no entienden que se trata de un proceso de búsqueda de felicidad. Sólo ven que estoy por renunciar a un trabajo ideal.
-Tus viejos son de otra generación. De "esa" generación. No pretendas que entiendan. Para ellos, "honradez" es "trabajo", "sacrificio".
Mona Lisa y yo, el sábado pasado a la tarde.

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-¿Por qué no me puedo fumar toda la marihuana que quiero, drogarme hasta reventar? Se suicidó mi esposa, señores. ¿Dónde dice cómo hay que reaccionar ante algo así? Lo que a ustedes les molesta es que yo no resuelva esto de un modo más o menos preestablecido. Les molesta que los desoriente.
Kevin Spacey, en Shrink.

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-Ay, mami, tengo un embole...
-¿Y yo?
Anita y su mamá por teléfono, desde Buenos Aires y Bahía Blanca, respectivamente, un domingo a la tarde.

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Mañana me entero si voy a ser madre de una hija o de un hijo.

martes, 6 de octubre de 2009

Talueeeego


Vuelvo en un rato. Talueeeeego.