Mi papá tiene propiedades satelitales. Recién me lo recordó mi hermano Juani, "el Jhony", en un comentario del post "pedorro" de más abajo.
Hasta hace unos años, estas propiedades operaban desde Bahía Blanca vía satélite con La Plata, donde mi hermano estudiaba Medicina solo bien solo y loco en un departamento que sorprendía por su orden y suciedad. Y el tema era así. No bien Juani se sentaba a comer el bife jugoso y caliente como a él le gustaba, sonaba el teléfono. Mi papá lo llamaba desde la empresa donde todavía trabaja con un teléfono que le permitía colgar, un "manos libres". Entonces mi papá marcaba, mi hermano atendía, mi papá colgaba para usar el manos libres y mi hermano escuchaba: "Cccccccrrrrrrraaaaaaaaaaaaackkkkkkkkkk". Después de una carrera de siete años, Juani estuvo a punto de perder el oído.
Pero estábamos en el bife, que reclamaba atención con la sola compañía de un tomate partido al medio.
--¿Hola?
--Cccccccrrrrrrraaaaaaaaaaaaackkkkkkkkkk. Hola Juani.
--Hola papi.
--¿Cómo estás?
--Bien, me estaba por poner a almorzar.
--¿Cómo está allá?
--Nublado, lindo, qué se yo.
--Acá está soleado. Hermoso. Ayer también estuvo lindo, pero anuncian lluvia para mañana.
--Ajá.
--¿Alguna novedad?
--No, nada.
--Bueno, hasta mañana Juani.
--Chau papi.
Para ese momento, la suela de los náuticos de mi hermano tenían más jugo que el bife, pero Juani había conseguido mejor información sobre el clima del sur de la provincia de Buenos Aires que la del Servicio Meteorológico Nacional.
Un tiempo después yo misma pude comprobar las propiedades satelitales de mi papá. Permanecieron intactas durante los cinco años que estudié en Buenos Aires. Sin embargo, ya no se aplicaban sobre bifes, sino sobre milanesas de soja con queso y tomate y orégano, fritas y exquisitas como sólo a mí me salen. Todo ocurría alrededor de las dos de la tarde:
--¿Hola?
--Cccccccrrrrrrraaaaaaaaaaaaackkkkkkkkkk. Hola Maru.
--Hola papi.
--¿Qué andás haciendo?
--Nada, iba a comer. ¿Vos cómo andás?
--Bien, todo tranquilo. Bueno, ¿y qué te cocinaste? --Los que lo conocemos, sabemos que el "bueno" de mi papá suena como "meno".
--Una milanesa de soja.
--Ah, te jugaste. ¡Qué manera de comer milanesas de soja! ¿Cómo está el clima?
--Lindo, nublado, más o menos. Fui a la facultad y volví. Mucho cielo no vi.
--Acá está feo. Inestable, seco. Dicen que va a llover, pero yo no le veo pinta.
--...
--Maru, haceme un favor.
--Se me enfría la milanesa, papi.
--Es un momento.
--Decime.
--Andá a la cocina y fijate en la alacena si me olvidé un paquete de yerba de la última vez que estuve. Andá, fijate, yo te espero.
7 comentarios:
buenísmo... es un clásico, ahora lo hace con Pablo y luego lo hará con benjamín. Besitos La asesina
EXECElente descripcion del sonar del pelado prealmuerzo que mantuvo durante quince años. Habia olvidado el terrible trauma acustico de su CRRRRRAAAACCCKKKKK!!!.
Cuando lea esto seguramente hara su tipico FFFFFffffff......
Tengo a diario esa clase de conversaciones con mi viejo pero con otra temática. Él cambia "pronóstico" por "horario" (a qué hora te fuiste, cuándo volvés, cuándo te volvés a ir) y "espacio" (dónde estás, con quién, a dónde vas). Beso!
Mami: vos no te hagás la canchera que se viene el relato de por qué te decimos "asesina".
Jhoni: "FFffffff"
Sole: muy parecido, no? Beso!
jajajajajaja
como me divierto leyendote maru! estas re loca!
me gustan los delirios bizarros asi que me siento identificado con algunas historias.
Hasta la proxima!
beso!
hola de nuevo, no puedo instalar el soft q me dijiste :S
alguna recomendacion?
San: agradezco tu paciencia de leer esto. Beso!
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