viernes, 8 de agosto de 2008

Aprendiendo con Iomi

Finalmente conocí en persona a Iomi. Metódico, me llamó al celular dos veces por semana desde que hablé de él acá. Y ayer me dije:
-Vamos a ver si sigue igual el basural de este pobre viejo.

Lo pasé a buscar en un taxi con un fotógrafo. Iomi me esperaba en la puerta de un edificio céntrico. Jubilado desde hace unos 15 años, tapado gris, fornido y derechito: una heladera de aluminio. Abrió la puerta de adelante del auto y ni me miró.
-Agarrá Colón derecho -le dijo al taxista.

Llevaba un audífono y carpetas con notas de diarios. Se dio vuelta como se dan vuelta los viejos adentro de un auto: tieso, complicado. Me dijo:

-Ahhh, sí, sí... Usted va a aprender mucho. Va a ver. Yo le voy a mostrar.
-Iomi, mire que estamos apurados, ¿eh? Una vueltita por el basural, diez minutos y volvemos. ¿Le parece?
-Sí, sí, el basural. Pero ahí está el club marítimo. Los pescadores. El gran proyecto del intendente Puente. Sí. La basura a los costados. Nivelaron el terreno. Un desastre.
-Bueno, pero acuérdese lo que hablamos antes. No se puede ver todo. Me muestra el basural, le sacamos una foto a usted en su terreno y volvemos.
-Yo le muestro. Después usted elige lo que le parece. Me gusta esto de las notas. Me gusta. Va a ver todo lo aprende. En unos años va a aprender muchísmo. ¡Montones va a aprender!

Iomi le indicó al taxista cómo entrar al basural. Se bajó del auto. El fotógrafo y yo también. Había un perro atado a un alambrado, muy parecido a Huesos, de Los Simpson. El animal estaba tan afónico que no se escuchaba todo lo que ladraba, y era mucho. El fotógrafo lo soltó y Huesos salió rengo entre las bolsas de mierda. Creo que se frenó en una a comer algo. Mientras tanto, Iomi hablaba. Y se retobaba:

-No, fotos no. Yo soy un hombre muy reconocido. Soy de la inmobiliaria. Fotos no.
-¿Pero cómo no? ¿Me llamó por lo menos 15 veces para venir acá y ahora me dice que no quiere fotos ni nota ni nada? ¡Me dijo que le gustaban las notas, Iomi!
-No, nada. Poné "un importante empresario inmobiliario local".
-Ah, mire, ahora me dice lo que tengo que poner. -Empecé a transpirar. Quería dejarlo a dormir la siesta entre la basura.

Le dije al taxista que diera la vuelta. Iomi suplicaba:

-Espere, diez minutos que le muestro la pesca. Acá iban a venir los pescadores. Esto iba a ser un muelle. La basura. Nivelaron el terreno y dejaron la basura al costado. La próxima vez que salgamos a pasear le muestro más. Usted va a aprender mucho, ya va a ver.

3 comentarios:

Mario Minervino dijo...

Iomi tiene razón: uno nunca deja de aprender...

Anónimo dijo...

Me gusta todo esto de las notas, sí, me gusta mucho, pero fotos no...
Besos!

Nico.

Lelé dijo...

Sí, Mario, se aprende hasta de cualquiera. Vos sabés.

Nico, qué suerte que te gusten las notas. A mí estas no. Cuándo venís de visita?