lunes, 4 de agosto de 2008

Mi mamá, la "Asesina"

Mis hermanos y yo llamamos a mi mamá "Asesina". Se ganó el apodo porque hace muchos años no me quiso hacer la leche, la muy insolente. Mi papá, ella y yo habíamos ido a visitar a mis hermanos que estudiaban en La Plata y no me quiso hacer la leche, la muy insolente. Estaba tan encandilada con ver a sus entonces futuros m'ijoeldotor que claro, a mí, a la preadolescente conflictuada que se bancaba todos los días no le iba a hacer la leche, la muy insolente.

Entonces la miré de costado y le dije:
-Escuchame una cosa: ¿vos no me pensás hacer la leche a mí? ¿Vos me querés matar de hambre? SOS UNA ASESINA.

El cachetazo fue bastante fuerte, sí.

12 comentarios:

Mona lisa dijo...

De tal palo, tal astilla dicen... los insolentes!
Me encanta cuando le podemos hechar la culpa a nuestras madres por los episodios traumáticos que nos hacen atravesar. La vida es mucho más llevadera de esa forma.

Mario Minervino dijo...

Una de las pocas teorías propias de la paternidad que he ejercitado toda mi vida ha sido la siguiente (cumplida a rajatabla): Nunca le pego a mis hijos y siempre les hago la leche. Y me digo: si para ponerles límites a los chicos tenés de golpearlos, algo está mal. Descreo de toda "cachetada dada a tiempo". Mi hijo Mario cumple 23, viene a visitarme y me dice: "papi, me hacés la leche?" y eso es lo más grande que existe en el mundo. Buena notita Marusa, hay que sacarlo todo afuera, como la primavera...siempre...

Anónimo dijo...

De hecho, cuando leí pensé que semejante demanda no podía considerarse más que una ternura. Imagino que hoy tus viejos se mueren de ganas de que vayas a merendar "a casa" y exigir que cumplan su rol de padres. Lógico. Imagino que la Asesina hace unas chocolatadas de aquellas!
Beso escarabajiento

Lelé dijo...

Mona Lisa: correcto, la insolencia. Las madres son ineludibles.

Mario: qué buen padre debés ser. Pero a mí no me pegaban tanto, ¿eh? Sólo tres o cuatro veces. Y creo que me lo merecía. Mi hermano siempre habla de la parte de atrás del plumero, pero a mí no me tocó.

Escarabajo: creo que les gusta que vaya a tomar la leche, sí. Lo que no fue nada tierno fue el episodio en cuestión, lo aseguro. Beso grande!

Anónimo dijo...

crueldad mutua lelé!
besos!

Anónimo dijo...

Maru...Maru...ombliguito del mundo, yo no recuerdo ,pero ya se me opacaron las neuronas,ese episodio de la Plata, pero vos sabés que fuiste y seguirás siendo mi nena soñada, siempre te hice la leche y servida en la cama antes de llevarte al colegio a pesar de tu mal humor matutino. No se aprende en la universidad a ser madre y se cometen muchos errores, tan mal con vos no nos fue, porque por sobre todas las cosas te brindé mucho afecto, traté de inculcarte valores, que creo asimilaste y ejercitás ampliamente y por eso sos tan valiosa personita. Disculpame si tenés "cosas adentro" de las que soy responsable. Te quiero un montón, te soñe aún antes de engendrarte. Besito mil.... La asesina.

Lelé dijo...

Mami: lo único que tengo adentro es comida. Lo que pasa es que en este blog soy medio perra, viste. Es verdad que siempre me hiciste la leche! Todas las mañanas antes de ir a la escuela y en una taza amarilla. Yo también te quiero mucho! Y la corto acá porque esto se va a parecer a un grupo de autoayuda.

Nicolae: qué suerte que hayas pasado. Nos vemos!

Anónimo dijo...

Asesina, soy testigo de todo el afecto brindado y todas las leches que le hiciste a Maru. Un beso grande!

Ana, "Anita".

Mario Minervino dijo...

Los padres cometemos cientos de errores porque estoy seguro (aunque García Márquez no lo confirme) que ser padre es la profesión más peligrosa y difícil del mundo. "Todo lo que hagas, digas y les trasmitas antes de que cumplan 8 años de edad los marca para toda la vida", te dice alguien al oído y no cuentan con que vos estás tratando recién de entender lo que pasa, que apenas quebraste tu caparazón y que tenés de dejar las figuritas para criar pibes que te miran con ojos tan grandes que te parten al medio. No hay escuelas para padres y cuando empezás a entender algo de como es el oficio te cambian a los chicos por otros más grandes que piden otras cosas y cuando te llenás de paciencia para comunicarte con ellos se convierten en gente que te detesta y cuando empezás a asumir eso te empiezan a llamar de nuevo y cuando...Se necesita ser padre para entender a los padres (o para ser más misericordiosos con ellos). Yo, es cierto, nunca les pegué y siempre les hice la leche. Pero en malas épocas de mi vida les he tenido demasiado poca paciencia, les he gritado sin red y hasta he descargado en sus corazoncitos parte de una bronca acumulada. ¿Alcanza el amor infinito que hay detrás de todo eso para que no me llamen asesino? Espero que sí, porque como bien dice la asesina, uno deja de tener vida cuando tiene hijos. Se la llevan toda ellos. Gracias a Dios.

Lelé dijo...

Anita! Apareciste por primera vez! Espero que no sea la última, amiga.

Mario: entre vos y la asesina me van a hacer moquear. Y ya sabés que ando floja. No se tanto de vos, pero sí lo mucho que querés a tu sindicato de seis hijos.

principio de incertidumbre dijo...

Me gustó mucho este post y el comentario de tu mamá.

Vamos, que uno sabe que algunas escenas necesitan del drama.

A mí no me pegaban mis viejos, sólo dos o tres veces me cacheteó mi madre, pero sí, sí, lo merecía (re luisa kuliok el episodio).

Beso.

Lelé dijo...

Principio de incertidumbre: el comentario de mi mamá fue fuerte, sí. Y mi caso fue igual al tuyo: dos tres cachetadas, a lo Luisa. Gracias por pasar!